lunes, 15 de diciembre de 2008

HUILO RUALES HUALCA



Menciona a:

Francisco Granizo
Alexis Naranjo
Sonia manzano
Edwin Madrid
Javier Ponce
Roy Sigüenza
Franklin Ordóñez
Carlos Eduardo Jaramillo

Ibarra, 1947. Su obra abarca narrativa, poesía, teatro y crónica. En narrativa ha publicado “Y todo este rollo también a mí me jode”, “Loca para loca la loca”, “Fetiche y Fantoche”, “Historias de la ciudad prohibida”, “Cuentos para niños perversos”, “Maldeojo", "Esmog". en Poesía: “El ángel de la gasolina”, “Vivir mata” y Pabellón B. Tres de sus piezas han sido llevadas a escena: Añicos (Ecuador); El que sale al último que apague la luz (Francia); Satango (Francia). Sus crónicas se publican regularmente en varias revistas. Ha obtenido varios premios nacionales e internacionales. La versión alemana de Maldeojo fue seleccionada por Literatureklub del año 2000 (Colección en lengua alemana de literatura No-Europea). Consta en diversas antologías nacionales e internacionales. El poeta Andrés Villalba anota que en " la poesía de Huilo Ruales la palabra pira y aletea con un zumbido picaresco, dramático y estertóreo, que nos somete a la horca a carcajadas (…)El juego que propone es descabellado, cambia las reglas y apuesta a perdedor, para ganar (…) Asesino, prestidigitador, blasfemo, descuartizador del lenguaje. Hace lo que le da la gana con él. Y triunfa. La espina del delirio se esparce dejando huellas en el aire. Hay imágenes tan pulcras que deberían ser sodomizadas. Poesía elástica, como un chicle corrosivo que crea adicción. Poesía que redime y crea urdimientos que nos trastocan. De ella nos crecen alas untadas de gasolina para inflamarnos en un vuelo subterráneo…"


  • Poética

en lugar de artepoética: "Kekosaserá" (novelina)

1

Inane. Inmenso. Inabordable. Infierno. Innato. Inri. Así por el estilo, escribo cualquier palabra. Cualquier cosa, como alguien que se venda los ojos y dispara. Así por el estilo, en las mañanas, aunque ahora incluso en las noches, cierro los ojos como dos puños y disparo los dedos sobre el teclado y va dibujándose el texto disparatado, disparado al aire, a la diestra, a la siniestra, hacia el pecho. Palabras que hallo listas para servirme o borrarme o mentirme, es decir ocultarme. Es decir, pronunciarme de manera distinta a aquella que me propongo. Mierda. Eso es. Escribo lo que no quiero. No quiero escribir Mierda y lo escribo. O quiero escribir Ocaso En Llamas y no lo escribo sino por ejemplo Un caballo con el cuello herido irrumpiendo en una iglesia en el instante en que mi padre y mi madre se casan. Es terrible no lograr escribir lo que se quiere. No quiero escribir sobre la Lola que tenía una sonrisa de actriz mexicana y cuatro dedos en uno de sus pies. Pero termino escribiendo sobre la Lola y su sonrisa y sus cuatro dedos. Eso es terrible. Es como palpar a dos manos la cara y darse cuenta de que las manos o la cara no son ciertas, no existen. Como palparse las mejillas con una mano ortopédica y en esa mano no sentir nada, pero nada o, peor que eso, sentir que por esa mano metálica mi sangre circula hirviente.

2

Por lo general, el poema es la huella, venturosa o trunca, de que por allí pasó la poesía.

3

Me aterra cuando la poesía empieza a picotearme por todo lado. Es como si repentinamente se me entregara un mazo de llaves para todas las puertas y me impusieran abrir la única que no dé al vacío.

4


Entre poesía y poema hay una distancia abismal, como lo hay entre la montaña y el escultor Entre la eternidad y el tren Entre el viento y el pez Entre el dogma y el pájaro Entre el árbol y la culpabilidad Entre el soliloquio de Hamlet y el esperma solitario

5

El poeta es el Otro, dice el Uno. El poeta es el Uno, dice el Otro. Lo cierto es que hay dos que hacen el Uno. Lo cierto es que hay dos que hacen el Otro. Y, por lo general, los dos son uno al mismo tiempo. O, por lo general, el uno es dos al mismo tiempo. Pero también el uno puede ser Uno en su propio tiempo. Y en su propio tiempo el otro puede ser el Otro. De tal manera que cuando el uno sea el Uno, el Otro no lo sea. Y cuando el otro sea el Otro el Uno deje de serlo. Además hay un tiempo transitorio entre dejar de ser el Uno para ser el Otro. Entre el dejar de ser el Otro para volver a ser el Uno. Una ranura en el que no hay ni el Uno ni el Otro. Una ranura en el que no hay nada ni nadie. Ni tiempo, ya que en ese caso se trata de un no-tiempo. Una ranura por la que se atisba el destello de la poesía. Sola, absoluta, como un animal de mercurio. En la orilla, sigue fluyendo el tiempo: el Uno se acalla para que el Otro lance su arpón. El poema es la sombra arponeada de la poesía.


6


Me aterra la poesía. Es como si repentinamente tuviera que decidir la suerte del mundo y yo nunca he querido decidir nada, peor la suerte del mundo. Para esas cosas desagradables está dios. A mí, por dios, que me dejen tranquilo. No se diga en este sanatorio que es como un lago donde se reproducen las pesadillas de todos los hombres.

7

El amante perpetuo de la poesía es el silencio. O, para el jugueteo, los poetas que insolentes se permiten atravesar su jardín de cuchillos y algunos hasta intentan meterse entre sus sábanas. Ven, entra en mi carne que es tu carne, susurra gozosa la muy puta abriéndose al poeta aquel que tenemos derecho cada cien años. Y allí se los tiene en su ménage a trois - poesía, poeta y silencio- venciendo en su cancha a la misma Muerte.


8

La poesía y la muerte fulguran en todas partes pero son inaprehensibles. Ellas, por su cuenta, escogen el instante y la boca para estampar su impronta. Mientras tanto, cabe golpear la mudez de las palabras como piedra contra piedra, para hacer la chispa, el fuego, la perentoria luz. O para escuchar el golpe seco del alma, en medio de las tinieblas.


9


La poesía es movimiento. El resto es prosa (Nicanor Parra)





  • POEMAS



ME GUSTAN LAS CIUDADES NUEVAS

sus asesinos son alegres/ los niños se muestran particularmente eternos/ la noche es una tableta de chocolate con huellas de gatos blancos/ las puertas de los cementerios están abiertas día y noche tanto para entrar como para salir/ las mujeres sacan a pasear sus inauditos culos y los perros viejos y educados a sus amos viejos y educados
Me gustan las ciudades nuevas
Sus habitantes se saludan como si fuesen recién hechos desde hace mucho tiempo/ el calor tiene tanta sombra y el invierno tanto abrigado café con música de piano
Me gustan las ciudades nuevas
Por eso las atravieso –es decir, las penetro- y las huyo.
Las ciudades nuevas, repentinamente, suelen desnudarse/
y mostrar con impudicia, casi con maldad,
el complejo mecanismo de sus prótesis.



ASREVECIV

El hombre insufló de soledad al barro y nacio dios
desde entonces todo es viceversa

El abismo cae en el cuerpo y viceversa
El árbol siembra pájaros y viceversa
El cazador es un silbo en el ojo del jaguar y viceversa
Y viceversa es la locura del incendio que por fin halla sosiego en la ceniza

Todo es viceversa
La etapa uterina, la calvicie, la montaña que sube
la montaña que baja, todo es viceversa

La costumbre de huír desaforado de uno mismo
La gran ruta donde la palabra de Kerouac descubrió la ilimitada sed
El poeta negro de Artaud pendido como una estalagtita en el cielo
Todo es viceversa

Extirparse los ojos con las uñas y viceversa.
Arrancarse las uñas con los dientes y viceversa.
Todo es viceversa y eso tiene a la gente con los pómulos lilas
y parloteando en lenguas muertas. Viceversa.

Viceversa es tan natural como el amor y el espanto
Viceversa no se vende, se expropia, se hereda, se remeda
La angustia cunde en el mercado y viceversa.
Los encantos de la repostería crecen con la anorexia y viceversa.
Tanto viceversa ebrio, la boca loca despintada, las greñas como el sol
tiranizando las calles.
Viceversa en las camas o viceversa
Viceversa en los retretes públicos donde las arañas gozan su jacuzzi.
Viceversa en el olvido que erosiona la historia hasta volverla verosímil.
Lacán es un duende solitario en las bibliotecas de los manicomios. Viceversa.
Sus hijos pulcros y barbados como conquistadores deambulan por las comisuras de la zozobra, la gloria, la banca.
Tan alteregos, tan entelequias, sus hijos sin ojos, sus ijos sin hojos. Viceversa.
Antígona no necesitaba el silencio ni la muerte pero eso fue preferible al silencio y a la muerte. Albricias.
Caricias entre garfios y entre máscaras de cuero sin boquetes.
Es la matria de fiesta y viceversa y los culos de las doncellas subidos en las nubes defecan nafatalina de colores.
Hurra, dice Lezamalima, que entonan los poetas. Un hurra victorioso ante la muerte. Viceversa.
Foucault, además de frío, sigue teniendo la razón pero ese artefacto es dinamita en el paraíso del miedo. En la Organización Mundial del Spleen.
La realidad es una urdimbre de tobillos vistos desde abajo pero que se los ve desde arriba, desde donde no se ve. Viceversa.
El lenguaje castra, miente, mancha, factoría, estandiraza, vacía.
El lenguaje mata. Viceversa mata. La muerte lenguaja. El vacío nos lengua.
Malcolm lowry bebe con fervor de suicida sobreviviente que teme ser eterno.
A sus espaldas se espasmofilia la ciudad de los espejos en formas de cuchillos y crucifijos y sexos de tres cabezas.
La ciudad donde los muertos se casan, son felices, se matan, son cada vez más felices, hasta que se matan.
hasta que son felices roedores aterrados, construyendo con su humedad la ciudad subterránea. Viceversa.
Spiderman, todo un astro sin autoestima, huye por los tejados de la certeza, de la incertidumbre, de la revelación contenida en las iridiscentes palabras de Lamborghinni.
Lamborghinni o muerte. Perderemos.
Y viceversa tanto como Fiord que consiste en Eso Ke No se Dice puesto que no Hay Kómo.
El lenguaje es una piedra sobre nuestra tumba vacía. Viceversa.
Piedra ciega, magma, fósil del fuego, rayo ovillado en la sombra del alacrán. Viceversa.
El lenguaje es la pierna ortopédica del bailarín sobre hielo.
El lenguaje es el sexo de metal para la misa sodomita debajo del hielo
El lenguaje es un esqueleto con el teléfono pegado al orificio de la sien por donde penetró el silbo de la bala en fa menor sostenido. Viceversa.
El lenguaje es la montaña que aplastó a los pájaros
El lenguaje es la memoria olvidada de la Vida
El Lenguaje es la leche de la Muerte y de sus tetas chupan hasta la senectud los niños del futuro imperativo y del planeta de Viceversa.


LO QUE SUELE REPETIR EL HIJO CON CADA SILENCIO (O, LA KULPA)

Cuando uno nace se voltea y dice perdón me equivoqué de puerta
Me equivoqué de pasadizo de pabellón de acrópolis de planeta de universo
Perdón me equivoqué de dios de diablo de mito,
Perdón se dice y uno se voltea y decide entrar por donde se ha salido,
Perdón me equivoqué de historia, de reencarnación, se dice
y uno empuña la ensangrentada cuerda para trepar al corazón de la montaña
Pero te lo impiden los trescientos dedos enguantados y todos los colmillos del tiburón y los arpones y los frascos de formol y las agujas hipodérmicas y los pájaros ahorcados en el alambrado público
entonces uno empieza la primera batalla como todo samurai ante el dragón de la muerte


KOSMÓPOLIS


Hay la suficiente oscuridad, desazón y movimiento en las salas de bingo para la tercera edad. En Bagdad amanece a medianoche con música hebrea y estallido de cristales. Bajo el puente de Brooklyn los mutantes duermen convencidos de que van a despertar (y muchos lo van a conseguir). Nuevamente el imsomnio diurno se ha puesto en boga durante la noche. Al salir de prisión, la popstar es una desvalida creatura dentro de una burbuja de plata. Desde un contenedor de basura le mira enamorado un oso de felpa tamaño natural y con el vientre desecho. Detrás de ella corren las cámaras como si huyeran de otras cámaras que huyeran de los coyotes justicieros. La popstar metida en su teléfono de oro pide ayuda a sus amantes pero todos están para siempre en el museo de cera.Trata de despertarse con un cigarro. Trata de dormir con una jeringa. Corretea hacia su madre, que está intacta. Es la Faraona. La Gran Reina de Hatshepsut, muerta a causa del cáncer a los huesos hace tres mil años. Tiritando le cuenta –su madre, muerta y todo, parpadea- que la celda no era circular y además respiraba como el interior de un bisonte. El techo baboso tenía nueve ángulos que se multiplicaban conforme la celda se iba encogiendo hasta convertirse en un estuche de tuba en el que Ella cupo de manera fetal. La Faraona vuelve a dormirse para la eternidad por enésima vez.Los micrófonos ambulantes echan gases paralizantes. Las sirenas se disputan el aire y los intersticios. Los errabundos con sus abrumados coches de supermercado, llevan el inventario mental de los caídos. El neón anuncia el largo listado de los nuevos productos para ingresar sin hacer morisquetas en el Vacío. Otra vez la piscina de ácido sulfúrico. Otra vez los teléfonos de los depredadores.Y el amor. No todo, pero el amor.Chupándose el pulgar ante la televisión mundial la popstar balbucea: a la final, nunca he visto morir a nadie, así es que no lo creo. Sus fans, mordiéndose, arrancándose los ojos, la aplauden con frenesí.


OCURRIÓ ESTA TARDE, PERO HACE MUCHO TIEMPO

Leyendo a Gamoneda en el metro he visto que la gente sollozaba O se besaba entre desconocidos O colocaba con la palma abierta las manos en el pecho para que el corazón no se saliera
Naturalmente, me puse de pie en el medio y leí en alta voz
Había ventisca en el poema Y también nieve azulina Y una luna como un orificio de bala en la sien de la noche El poeta, que era viejo, recordaba el amor a su madre La madre, a causa de la fuerza de las palabras, dejaba la muerte Y volvía Y también desde el poeta volvía el niño Y los dos se encontraban. Pero, nuevamente, a causa de las palabras y la realidad, volvían a ser aquello que eran: Una muerta antigua, es decir nada Un viejo poeta huérfano, es decir nada. Y afuera el balazo de la luna como si nunca se hubiera ido
El metro llegó vacío a la última estación Salvo por una mujer ebria con el pómulo roto Y Gamoneda, que caminaba solo, como sobre nubes, en la tierra negra.




martes, 15 de abril de 2008

CARLOS EDUARDO JARAMILLO



Menciona a:
Euler Granda
Rubén Astudillo
Margarita Lasso
Ernesto Carrión
Luis Carlos Mussó
Juan José Rodríguez Santamaría

Nacido en 1932. Vivió en Loja hasta 1961 en que se radica en Guayaquil, donde vive con su cónyuge y su hija. Doctor en Derecho y catedrático universitario, ejerció la magistratura por largos años. El año 2007 el gobierno nacional le otorgó el Premio Eugenio Espejo por su obra poética.
Obras princiales: “La Trampa” (1964), “Maneras de vivir y de morir” (1965), “El hombre que quemó sus brújulas” (1966), “La Noche y Los Vencidos” (1967), “Las desvelaciones de Jacob” (1970), “Una vez la felicidad” (1972), “Crónica de la casa, los árboles y el río/ Viaje al Planeta Eurídice” (1973), “Perseo ante el espejo” (1974), “La Edad del Fuego” (1977), “Tralfamadore” (1977), “Blues de la calle Loja” (1991), “Canciones levemente sadomasoquistas” (2000), y una antología general de su obra “Poesía Junta: Carlos Eduardo Jaramillo” (2006).



  • POÉTICA

Para mí la poesía es la esencia misma del arte y la belleza, el perfume de la flor, el vuelo del colibrí. Territorio sagrado, inocencia pura, semilla que no prende en los baldíos del daño o la violencia. No puede haber poesía en la maldad. El fuego es inocente. Rimbaud era inocente; cuando dejó de serlo dejó de escribir. Tarantino hace el cómic de la violencia, trata de exorcisarla a través de la hipérbole y el exceso. Los hermanos Cohen la canonizan en macabros juegos. Podrán tener su nicho en el arte, pero en el exilio de la poesía. No puede haber poesía que no sea ética, la ética en su sentido más universal y simple: el respeto de los derechos fundamentales de todos los hombres por igual, sin exclusión alguna, su derecho a vivir con dignidad. conceptualizar a cada ser humano como un fin en sí mismo, no como un medio para los fines de los otros.



  • POEMAS


EL CAZA-ALEGRIAS

La alegría pura es una mariposa tan leve
que se instala en el corazón
y uno no la siente
la alegría pura se disfraza además
en tantos rostros y cosas
que se pierde
Pero yo
cazador experto
descubro sus saltos en la hierba
y la marco con una sonrisa.




LA MUCHACHA DE LOS OJOS DORADOS

Tenían sus ojos una mirada tan pura
que uno podía desnudarse
como delante de un espejo
Tenía los ojos de una mirada tan pura
que no era nadie
Tenía los ojos de una mirada tan pura
como un escudo
tenía los ojos al pie de su corazón
protegiéndolo
como un perro.
(Me desvestí
pateé el perro
la amé.
Tricé el espejo).



UNA VEZ LA FELICIDAD

Una vez la felicidad vivió bajo mis hombros
asustó pájaros y vampiros
rompió los dientes y los sortilegios de los brujos
puso el mundo a mi lado como un saco cerrado
juzgado y comprendido
sin abrir una puerta me hizo saber que había traspuesto
la región del secreto
la gran verdad olía como un jardín
mi amada y yo éramos dos ángeles vagamente obsenos
los sexos flores luminosas en la niebla primaveral
de los deseos
la felicidad me separó de mi parentela y de todos los que
gozaban bienestar
pero que no alcanzaron el estado de gracia
la felicidad asimismo me dejó
dándome firmes compensaciones
virtudes solidarias
mujeres en el lecho
y anduve otra vez a caza de la verdad como un ángel
amnésico.
He tratado de reconocer el olor de aquel jardín
el color de ese sueño
hurgarme por alguna señal guardada al fondo
por la cicatriz de las alas.
El mundo me rodea como una cintura.
Un tiempo la felicidad me hizo desear y temer la soledad
el dolor me ha devuelto a la vida
a su esplendor y a sus estercoleros.


PERSEO ANTE EL ESPEJO

“Volvió la cabeza y miró las culebras de la cabeza
de ella, y no pudo evitar mirarla a los ojos. Y
lentamente, para siempre, se convirtió en piedra,
gritando: --Desde otra perspectiva tú podrías ser
amor y no odio.
---Sí--- dijo ella, sonriendo”
DEAN R. KOONTZ (Llegan los blandos dragones)

Porque el Héroe fue dotado del espejo de la Verdad
no podía caer en el engaño de la hermosura de la Gorgona
la radiante explosión de su cabeza fulgurante
la galaxia de sus ojos transformándose en estrellas
la cambiante eternidad del cosmos en sus ojos
cargados con el poder de la petrificación y la muerte
el ardoroso amor alimentado por el instante sólo del deseo
hasta la eyaculación y la sombra.
Pero el Héroe podía ver en el espejo la nefanda metáfora
las silbantes serpientes, el ácido fuego, el desollante amor
y saltar la apariencia
(¿La salva, en realidad, el que no la conoce?)
Fue así por una vez
En la excepción estaba, en el caso, el ejemplo.
Y rodó la cabeza y el peligro. Y liberó el encantamiento.
El Héroe tenía bajo la rodilla
la hermosa cabeza cercenada ---en los ojos la solitaria
inocuidad de la sombra cósmica---
y el espejo vacío. En el espejo el rostro demudado
del vencedor ante su extraña gloria. Y el chirriante
sonido de la eternidad.

Gorgona, amada muerta mía.
¿Vale la muerte contra la belleza
de una sola de las sierpes finísimas de tus cabellos
y tus ojos galácticos donde hervía la vida
tras el sumo ritual del éxtasis?
¿Quién nos dará el espejo para recuperar nuestra alma
confundida
bajo vil apariencia?
¿O el espejo no existe. Y es nuestra mente la deformadora
bajo inventados bebedizos y cábalas; los ojos, inocentes?

martes, 5 de febrero de 2008

PACO BENAVIDES



In Memoriam

(San Gabriel, 1964 - Suiza, 2004). Poeta y sociólogo. En la década de los ochenta formó parte del taller literario Matapiojo. Sus textos se han publicado en revistas nacionales como La joven motocicleta y Línea imaginaria. Opinando sobre Tierra adentro, la poeta Aleyda Quevedo, señala: "Es un libro hecho a la luz del talento de los orfebres. El lenguaje demuestra que son años y años de trabajo." Deja los siguientes libros de poesía: Historia natural del fuego (Quito, 1990); Viento sur (Quito, 1995); Tierra adentro (Quito, 1997); Canto XI de la Odisea (Quito, 1997).

  • POETICA POSIBLE

Belleza hizo que me fije en Belleza/ y mi canción pase de moda.

  • POEMAS

i

Charlábamos, paseando, viendo, yendo por las calles entrando y saliendo de los bares, o echándonos el último cigarrillo cerca de la estación. Acordándonos. Del vellocino olvidado a la intemperie. Luego un sorbo y otro hasta un punto yermo y ferruginoso. Entonces la creciente nos hacía huir hacia las montañas. Otros ponían canciones y otros pura lata pero incluso así, participativos. Nombrando nombres agudos y rostros tostados y callosos, completábamos la broma. Enumeraban barrios, collados, recintos y monedas locales. También se acordaban de los ojos, como decía uno de aquellos acordándose de la muerte. Las historias escabrosas fueron contadas a corro. De repente vimos humo. La ciudad se incendiaba. La ciudad parecía más real, menos abstracta, con tanto civis romanus gritando como locos, yendo de aquí para allá, sin saber donde meterse. Se tiraban al lago, forzaban los sótanos. Fue en ese momento que describiste las colinas, los huertos, la fauna. Después llovió y la lluvia triste nos dispersó. Unos se fueron por los valles, otros cogieron tierra adentro; los más, se quedaron, “por si las moscas”. Nunca supiste hacer, digamos, una canción prolija.


v

Eres como esa ciudad: ónice negra, que da tristeza y pesadillas; veyentana que resiste el fuego haciéndose fuego. Abraxas, mirada de carbón de los durmientes. Callejones que dan vuelta alrededor del paseante. Renegridas torres, ventanas ovales cuyo valor es nocturno. Apostadero donde se oye muchas lenguas polvorosas. Black-out sibilino, hermético, enigmático, cabalístico, opioso. El ágaro en cenizas. Ovejita negra virgen ctónica. Vellón de Kali. Sable. Eres la decimotercera. Parirás. Te multiplicarás en más sombra. Ibant obscuri. Iban ocultos. Contento de verte aparecer con tus crines negras. ¿Quod Ursa fuit? Boca de sombra. Fauces de la Osa. Quimera negra harpía negra gorgona negra sirena negra coatlicue negra. Honra diverso a tu encanto oscuro el río lodoso que cuece mis versos.


vi
pero qué puedes tú ofrecer oh progreso
en una ciudad con gatos castrados
y un campo lleno de alcantarillas
entre los pinos.


ix

a)
El Santo Día de las palabras. Criminales y verdugas, llenas de esplendor. De clemencia, de profanación. El fasto del lenguaje su dispendio verbal. La cópula de los signos el sentido esotérico de cada sintagma: zona de turbulencia, campo minado. Credulidad en las palabras infidelidad de las palabras. Leve disolución de la lengua.

b)
Y las trataba, a las palabras, como borregas negras.

c)
Y vió la página en blanco:
choza nipona
delicado barroco del vacío.

jueves, 3 de enero de 2008

FRANKLIN ORDÓÑEZ LUNA





Menciona a:
David Ledesma Vásquez
Cristóbal Zapata
Francisco Granizo Ribadeneira
Roy Sigüenza

Franklin Ordóñez Luna (Loja, Ecuador, 1973). Licenciado en Ciencias Sociales Políticas y Económicas. Licenciado en Lengua y Literatura. Especialización en Filología Española en la Universidad Complutense de Madrid.
Fue Coordinador del Taller de Literatura de la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay. En el 2002 publicó el libro de poesía Mapa de sal (Línea Imaginaria, Casa de la Cultura Núcleo del Azuay y Universidad de Cuenca) En el 2004 publicó el libro A la sombra del corsario (Colección: La (h)onda de David, Casa de la Cultura Núcleo del Azuay, Universidad de Cuenca, Alianza Francesa). Su tercer libro (2007) A cambio de monedas o palabras, fue publicado en la Colección Angel Terrible.
Reside en Cuenca. Se desempeña en la cátedra y el periodismo.
Textos poéticos suyos han sido publicados en España, Argentina, México, EEUU.

  • POÉTICA

Escribo porque solo bajo las máscaras he dado con mi piel, con la verdad de la vida y las palabras.

  • POEMAS

AUTORETRATO

Momificaré el pasado y lo enterraré
En las catacumbas de mi corazón
Inventaré un alfabeto y en las paredes
Contaré mi historia.

(De Mapa de sal)


MANUEL

Vale la pena haber nacido / sólo por oír pasar el viento, dice Pessoa;
yo prefiero las cadenas de tus labios,
tus manos como garras,
tu esperma por mi sangre.

(De A cambio de monedas o palabras)



RUM TUM TUGGER

Para Juan Diego, entre Jesús y Madonna.


I

Cabrón, volverás cuando la ciudad esté a oscuras. Perro de la dicha.
Desde el tejado, pediré permiso para arribar al lecho de tu corazón.
Sube, baja, trepa. Encadémonos con los brazos hasta el amanecer.

II

Porque tu corazón es una grieta.
Porque escudriñas en la noche y tus cuchillos son música en mis labios.
Porque asomas en mi tejado cuando te place, tomas posesión de mi carne, mis huesos; desnudos clavamos el amor donde nos da la gana.

Porque te aterra mi historia de Jesús y los gladiadores (Tonto, la inventé para ti, para que te ames en mis palabras)

III

Te he dicho que el silencio es música en tus manos.
Que dormido cuelgas las alas y te enroscas en mis brazos.

Volverás cuando la ciudad esté a oscuras. Me engatusarás hasta el amanecer.

(Texto inédito)


A LA SOMBRA DEL CORSARIO

El único destino es seguir navegando
en paz y en calma hacia el siguiente naufragio”.

José Emilio Pacheco,Titánic.


Se retuerce la noche, animal en celo. Perfora la piel, los huesos donde escribo la historia. Sube el mar: espejo y pájaro de agua; siembro tulipanes en el vientre de gaviotas. Recorremos Goya, de las bocas del metro emergen relámpagos, delfines, toros que navegan sobre espadas. Pero abres las alas, desapareces. Enloquecido me lanzo a la ciudad, te busco. Azoto mi cabeza contra el muro. La marea me arroja al país de barro y espejismos, de gangrena y minerales. Torpes las montañas me consuelan con historias de amores quemados. Te retengo en pedazos de papel, en mi piel donde dibujaste ciudades muertas. Te retengo en historias de hormigas, en la balanza, la sal que bebí de tu espalda. Lanzo mis alaridos a la cordillera, al nudo lleno de paja y fantasmas. Qué lejano el invierno, sus noches, nuestro lecho de metal y marihuana. Qué cercana tu voz, tus palabras con piedras de sol… Tus manos que atraparon las mariposas de mi garganta.

(De A la sombra del corsario)