martes, 27 de marzo de 2007

DAVID G. BARRETO






Menciona a:
Iván Carvajal
Javier Ponce
Alfonso Espinosa Andrade
César Eduardo Carrión

David G. Barreto (1976). Publicó su primer libro de poesía, La frágil resistencia (Paradiso Editores), en el 2006. En la actualidad realiza su doctorado en Literatura Hispánica en la University of Pennsylvania, en Philadelphia. Es Magíster en Literatura Hispánica por la University of Michigan, Ann Arbor, y Licenciado con Honores en Literatura y Filosofía por la Catholic University of America, en Washington, DC. Ha colaborado para el diario El Universo, diario Hoy, la agencia de noticias Reuters, y las revistas Diners, Crux y Kipus. Próximamente varios de sus ensayos serán publicados en las revistas Letras de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y en Podium de la Universidad Espíritu Santo. Sus proyectos de investigación giran alrededor de nociones de ética y de estética en la poesía transatlántica contemporánea, así como de temas concernientes a la relación entre poesía, filosofía y política.

  • POESÍA


IMÁGENES DE DIOS

Desde Nietzsche, todos los filósofos
quieren ser poetas, todos envidian a los poetas

La Edad de los Poetas está completa

Alain Badiou, descontextualizado.


A través del espacio,
el cuerpo de la idea se posa como una sombra,
como un dintel de luz que no se agota
en la cercanía de la voz.

Y entonces,
en la materia del poema,
imágenes de dios:
toda sustancia infinita
que recorre tus nervios, tus huesos,
el universo de los sentidos.

(Inédito)



Cuando termine la hebra todo es distinto

El tiempo es un punto cavado en papel: los enterradores dejan palas, picos y azadones y ya es su puño cincel, cuchilla y pluma

para herir la tierra para abrir el mármol para hundir la letra

Pretendemos hilar el sentido con escasos trazos de luz:

Dioses de una mitología menor:

Nada fijo con la tinta permanece, nada fijo en el huso es infalible

Cuando termina la hebra ya todo es distinto




Abre y cierra el cuerpo el cerrojo de los nombres—

De súbito, en la boca de tu noche, un colibrí, que al igual que en el zoco el mercader hurga en lengua ajena la palabra a dar




Llegará el día, llegará,
y los muertos estallarán en muertos—
frágil responsorio sin testigo—
para la voz de granito urdiendo el hambre sin conciencia

(Elementales los rezos de los tristes,
soledad sin prisa, insostenible)

Y seremos hojas que del tierno mármol se desprenden
al llegar el día, cuando rompa el día—
derrumbe inédito del cuerpo sin respuesta
ni recuerdos, solo,
solamente,
solo




Y frente a ti el cuerpo
letra hueca insignificante

Y frente a ti sólo el cuerpo
remanso de lo bello a pesar de los vivos





En otro tiempo te amaba y era distinto
Hoy soy el mismo que te amaba ayer sin el recuerdo







Fue un apenas de luz nuestra última conversación
Huérfano de huesos—fue tu corta despedida
Como esta tarde, habitación de cenizas—comenté, ya sin alegría

(Selección de La frágil resistencia)